sábado, 29 de marzo de 2014

Le pertenece.

Y su sonrisa le pertenece, también sus ojos, su olor, el calor de su rostro, de sus manos, su alegría y su tristeza, su caminar, sus párpados violáceos. Y su pensar le pertenece, sus ideales, sueños, convicciones, su soledad, su imperfección, su amor, su vida. Y ser amado también merece y entregar amor porque así es la vida, un círculo de dar y recibir de recibir y dar aunque los personajes no sean los mismos. Anónimo.

domingo, 16 de marzo de 2014

Atardecer

Fuiste como un atardecer de esos que te ilusionan y te llenan de melancolía una vez que acaban. Los atardeceres son fugaces y siempre dejan en ti un sabor a miel con un no sé qué de amargo. Los atardeceres generan expectación, admiración y melancolía. No pasará nada una vez que acaba, salvo la noche. Los atardeceres son bellos, tienen inicio, tienen fin, no son de nadie, no es mío y no quiero poseerlo, quiero admirarlo y dejarlo ir.

Confesiones

Tengo confesiones para ti, que no puedo dejar ir sin antes hacértelas llegar Empezando por hoy, domingo 16, muriendo por escribirte, por saber de ti. Pero esta vez no haré nada, toda esa ansiedad, todas estas ganas de estar a tu lado tan solo me muestran lo egoísta que puedo ser. Te deseo felicidad aunque no sea conmigo. Te confieso que no hubiese sido capaz de alejarme de ti, si tú no lo hubieses querido. Agradezco tu fuerza de voluntad, porque la mía se debilita cada día y de milagro no voy corriendo por un abrazo tuyo. Y si me preguntaras que extraño más, te respondería que extraño todo; pasar tiempo contigo, escuchar tu risa, tus latidos, sentir tu calor tan dentro mío. Perderme en los jardines, contemplar el cielo contigo. Conocer tus gustos, tus ideales, sentir tu mano en mi rostro, tus labios en los míos. Porque tu abrazo me transmite calma y tu pasión escalofríos. Tu Amor me pone al límite entre el infierno y el paraíso. Tu presencia acelera mi corazón y frena mis latidos. Y desde que te conozco estoy entre la locura y la cordura y no te echo la culpa. El problema está en mí. Por eso sé que estar lejos de ti es lo más sensato. Y cada día que pasa me convenzo de eso. No quiero poseerte, nunca fue esa mi intención. Siempre desee contemplar tu sonrisa, que estuvieras bien aunque no sea conmigo. Y quizás pensar así me convierta en la mártir. No lo soy porque créeme que ganas no me faltan para que te quedes conmigo, pero no puedo hacer nada si tú no quieres lo mismo. Y no me arrepiento de nada, de ninguna locura, de ningún error. Hoy comprendo que necesito estar lejos de ti, porque no quiero que lo que siento se vuelva capricho, porque necesito madurar, perder para volverlo a intentar. Necesito comenzar de cero. Y una vez que mi alma se valga por sí misma, que no me haya aferrado a nada, entonces puedo dar un AMOR libre, sano. Sin egoísmos, AMOR. Y quién sabe, seas tú nuevamente o quien sabe y no. No pienso angustiarme desde allá. Tan solo gracias por cada suspiro, cada latido, cada sonrisa y cada escalofrío. Paso que fuiste mi prioridad y no te diste cuenta, pasó que llegó un punto en todo eras tú y yo no me daba cuenta. Y ahora necesito Autonomía. Un nuevo inicio sin dejar ganar al capricho, egoísmo, ni aferrarme a nada ni a nadie, más que a Dios.